Del centro a la periferia:
las cartografías parisinas de Charles Baudelaire y Annie Ernaux
DOI:
https://doi.org/10.35305/sa.vi8.25Palabras clave:
Charles Baudelaire, Annie Ernaux, Cartografías literariasResumen
Si Benjamin se interesaba por el flâneur baudelaireano, que remedaba al espectador urbano de la modernidad, Annie Ernaux en Diario del afuera y La vida exterior se desvía de ese paseante ocioso. Los fragmentos cortos, con la estética de la anotación que se proponen construir una escritura fotográfica de la realidad de una época a partir de una colección de instantáneas sobre la ciudad, con una narradora que forma parte de lo que narra pero que es exterior a la vez -remedando el gesto del poeta-, ya no responden al vagabundeo del paseante sino a los ritmos del RER en la jornada laboral, y retoman las rutinas diarias de la ciudad contemporánea (las compras, los espacios de descanso en los días feriados). Son los mismos habitantes de Baudelaire, pero en otro tiempo, ya no es la París capital del Siglo XIX, sino sus afueras, esas ciudades al margen construidas para absorber el exceso de población de lo que fue la metrópolis imperial. Y los sujetos también se sitúan en el margen pero del consumo: los mendigos que pueblan sus páginas, accidente estructural de la lógica capitalista, son la caricatura del paseante ocioso y nada preservan de su goce estético. Son los sujetos de la diferencia, de la otredad, -“un hombre negro”, “una mujer asiática”- cuyos orígenes pierden el centro (o se descentran), aunque sin embargo la mirada, el lugar de la enunciación no pierde su centralidad y su ética heredada de la modernidad y que encuentra sus valores en las declaraciones de la Revolución Francesa.
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